martes, 1 de mayo de 2012




Las festividades judías, cuyo origen se remonta a la antigüedad, son observadas en Israel con gran intensidad y de muchas maneras. Se manifiestan en costumbres y prácticas tradicionales y no tradicionales, y dejan su huella en diferentes aspectos de la vida nacional. Las festividades judías son los hitos con los que los israelíes marcan el transcurso del año. Las fiestas son una parte importante de la vida cotidiana: en las calles, en el sistema escolar, en las sinagogas y en los hogares a lo largo de todo el país.

Shabat
sábado, el día de descanso semanal, es observado par la mayoría de la población en Israel permaneciendo ese día con la familia o los amigos. El transporte público se suspende, los negocıos se cierran, los servicios esenciales trabajan con un mínimo de personal y se otorga licencia a la mayor cantidad posible de soldados. La mayoría secular aprovecha su día de descanso semanal para el esparcimiento en la playa, lugares de entretenimiento y excursiones al aire libre. Los observantes dedican muchas horas a comidas familiares festivas y a servicios religiosos en la sinagoga, se abstienen de viajar, trabajar o emplear artefactos eléctricos.




Yom Kipur

, ocho días después de Rosh Hashaná, es el día de la expiación, del juicio Divino y de "aflicción personal" (Lev. 23:26-32), de modo que el individuo pueda ser purificado de sus pecados. El único día de ayuno decreta- do en la Biblia, es el momento para que uno enumere sus malas acciones y reflexione sobre las faltas cometidas. Se espera que el judío, en este día, ore por el perdón de los pecados entre el hombre y Dios, y corrija sus acciones erradas y pecados entre el hombre y su prójimo. Los principales preceptos de Yom Kipur - prolongados servicios religiosos y un ayuno de 25 horas - son observados incluso par muchos laicos. 

El nivel de solemnidad pública en Yom Kipur sobrepasa el de cualquier otra festividad, incluyendo Rosh Hashaná. El país se detiene por completo durante 25 horas en ese día; los lugares de entretenimiento están cerrados, no hay transmisiones de radio ni de televisión - ni siquiera noticias; se suspende el transporte público e incluso las carreteras están completamente vacías.





En Israel, la "porción sagrada" de Sucot (y de las otras dos fiestas de peregrinación, Pésaj y Shavuot) se celebra sólo durante un día. Las comunidades de la diáspora la celebran durante dos días, conmemorando los tiempos antiguos en que el calendario era dado a conocer desde el Templo e informado a la diáspora por medio de una red de señales de humo y de mensajeros.


Las plegarias de la liturgia aumentan con oraciones adicionales, incluyendo el Halel, un conjunto de bendiciones y salmos que se recitan en Rosh Jodesh (el principio de cada mes lunar) y en las festividades de peregrinación.



Después del día de fiesta, Sucot continúa a un nivel menor de santidad, como lo ordena la Torá (Lev. 23:36). Durante la semana entre medio - medio festiva y medio ordinaria - las escuelas no funcionan y muchos negocios cierran o reducen sus horas de atención al público. 


La semana intermedia y el período de fiesta concluye en Sheminí Atzeret, la "sagrada ocasión del octavo día" (Lev. 23:36) con la que se combina Simjat Torá. La celebración de Sheminí Atzeret/Simjat Torá se centra en la Torá - los Cinco Libros de Moisés - y se caracteriza por danzas públicas con un Rollo de la Torá en los brazos y con la lectura del último y el primer capítulo de la Torá, renovando el ciclo anual de lectura. Después del anochecer, muchas comunidades auspician festividades adicionales, generalmente al aire libre, que no están limitadas por las restricciones rituales que se aplican en el día sagrado mismo.

Purim, otra festividad rabínica, al comienzo de la primavera, tiene lugar el 14 de adar (15 de adar en las ciudades amuralladas), conmemorando la liberación de la atormentada judeidad del imperio persa bajo Asuero, como se relata en el Rollo de Ester. Esta fiesta compensa la solemnidad de la mayoría de las demás festividades judías, siendo un mandato el alborozo y la diversión. Las escuelas no funcionan, las celebraciones públicas abundan, los periódicos publican notas jocosas del tipo del Día de los Inocentes, niños (y adultos) se disfrazan y la festiva lectura del Rollo de Ester se acompaña con el sonido de matracas cada vez que se pronuncia el nombre de Hamán. Los ortodoxos permiten embriagarse, con límite, y llevan a cabo una lista exacta de obligaciones: otorgamiento de caridad, lecturas vespertina y matutina del Rollo de Ester, intercambio de manjares y un banquete festivo.

Shavuot, la última de las festividades de peregrinación, enumeradas desde el comienzo del año judío, cae siete semanas después de Pésaj (6 de siván), al término de la cosecha de la cebada y el comienzo de la de trigo. La Torá (Deut. 16:10) describe esta ocasión como la fiesta de las semanas (heb. Shavuot), que se cuentan desde Pésaj, y como la ocasión en la que los nuevos granos y los nuevos frutos son ofrecidos a los sacerdotes en  el Templo. Shavuot es observada entre los ortodoxos con un estudio religioso maratónico y en Jerusalem, con una convocación masiva a la oración festiva junta al Muro Occidental (de los Lamentos). En los kibutzim, marca el clímax de la nueva cosecha de cereales y la maduración de los primeros frutos, incluidas las siete especies mencionadas en la Biblia (trigo, cebada, vid, higo, granada, olivo y dátil)



 

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